TERCER ENCUENTRO EXPERIMENTAL DE LA SCIP, DÍAS 28 Y 29 DE ENERO DE 2020.
ENCUENTRO GRATUITO
Testimonio de Juan Pacheco, ex funcionario del cuerpo ejecutivo de telégrafos, profesor de la escuela de comunicaciones, licenciado en historia.
Buenas tardes Nacho.
Cuando se te muere una hija, como es mi caso, cambia totalmente la vida.
Ese sentimiento de pérdida produce una tristeza, pena, rabia, y un dolor insoportable, y crees que nadie puede ayudarte, bajas directamente al infierno y, lo que es peor, te instalas en él.
En mi caso, mi única preocupación era saber dónde estaba mi hija, porque cuando se fue, por mucho que miraba su cuerpo ahı́́ ya no había nada. A partir de ese momento comencé un peregrinaje en su búsqueda, e intentar salir del infierno de vida.
Durante el proceso, tuve que superar una silla de ruedas, un garrote, una angina de pecho e infarto.
Finalmente, con la ayuda de algunos seres amorosos, llegué al tercer encuentro del experimento Isabela. Aquı́́ no quiero entrar en disciplinas ni intereses como política, ni religión, ni cíencia, ni lo entiendo, ni me interesa, solo quiero manifestar y agradecer lo que sentÍ.
Mi alma ha salido del infierno al que me réferı.́ Este nuevo concepto de la muerte me hace libre como jamás lo fui. Tenía la amargura de no volver a oír la palabra papá. Mi alma y mis sentidos reconocieron el dulce cascabel de papi, papi, papi.
Esto no me lo va a quitar nadie y, si estoy loco, bendita locura.
«Nacho, no te vayas a pensar que voy a dejarte escapar de mi vida».
Juan Pacheco González