COMUNICADO
Yo Nacho Blasco, presidente de la SCIC, por decisión propia y con la aprobación del consejo directivo, hoy día 5 de agosto de 2023, cedo la presidencia de la Sociedad Científica para la Investigación de la Conciencia, a la doctora María José Cardoso.
Dejar esta sociedad, la cual funde y he presidido desde su fundación, es ceder todo un legado, un legado muy importante en mi vida, no solo por el esfuerzo realizado durante estos últimos años, que ha sido muy grande, sino por el valor y significado tan profundo que esta sociedad tiene para mí.
Durante estos años que he presidido la SCIC, he conocido a personas maravillosas, y todos y cada uno de ellos y ellas me ha aportado mucho conocimiento y aprendizaje para mi experiencia presente. Por lo que no tengo más que agradecimientos a todas las personas que me han acompañado en este periodo de mi vida.
Estoy orgulloso de saber que la SCIC se queda fuerte y bien acompañada, con cientos de miembros numerarios y un centenar de miembros profesionales comprometidos y con ilusión de colaborar, lo que siempre me ha enorgullecido mucho, la confianza depositada de tantas personas de diferentes lugares de España y del mundo en nuestra institución.
Tomar la decisión de dejar la presidencia y ceder mi legado es por dos razones.
La primera razón; Es porque se perfectamente a quien le cedo mi legado, la doctora María José Cardoso, es la única persona en este momento capaz de afrontar y asumir este cargo, y superarme indiscutiblemente, por el trabajo que hay que hacer y seguir haciendo en los programas de la SCIC, que no es poco, y mucho menos con la cantidad de personas implicadas en estos momentos, pero principalmente merece el cargo sin ningún género de duda, así lo siente mi alma, por su entusiasmo, energía y pasión por los fines y objetivos de esta sociedad, que son los mismos que los míos, pero multiplicados por cuatro, por una dedicación e implicación incansable que me ha demostrado durante estos últimos 3 años, por compartir mi pasión, mi ilusión, mis principios y mi derrotero en esta experiencia de vida, por acompañarme en los buenos y en los malos momentos de mi vida, por estar ahí siempre, por ser un apoyo incondicional, por ser absolutamente objetiva, por decirme lo que necesitaba y no necesitaba escuchar, por compartir conmigo y todos los miembros de la SCIC todo su conocimiento, en definitiva por ser una autentica y verdadera compañera de alma, para mí y para todos los integrantes de la Sociedad.
Y la segunda razón; Es porque al ceder mi legado a María José Cardoso, una gran mujer, luchadora y con un valor incalculable, plenamente consciente de la confusión que existe hoy en día entre la ética, la moralidad y la espiritualidad, y sabiendo que la diferencia para ella es muy clara e importante en su vida, por lo que luchará siempre por la transparencia y la excelencia, y eso me aporta paz y tranquilidad.
Que es lo único que necesito, en estos momentos de mi vida.
Por estos, y por infinidad de motivos más, es por lo que merece más que nadie ser la PRESIDENTA de la SCIC.
Tanto María José Cardoso, como el resto de compañeros, saben perfectamente que voy a estar ahí y estaré siempre.
También quiero hacer mención del nuevo vicepresidente de la SCIC, José Tomás, ex secretario general, un hombre maravilloso, que no hace falta que me explaye mucho con él, porque todo el mundo lo conoce, pero si quiero que todo el mundo sepa, que es un hombre que se ha desvivido por esta sociedad y por las personas que la integran, ha invertido tiempo y dinero de forma totalmente altruista, como todos, y cada uno de nosotros. Un hombre que me ha apoyado, ayudado, defendido y acompañado en todo momento, un hombre íntegro y con unos valores muy envidiables.
Y es un honor muy grande para mí que José Tomás sea el vicepresidente al igual que lo es que María José Cardoso, sea la presidenta.
Y esto mismo puedo decir de todos mis compañeros miembros de la SCIC que me han acompañado, apoyado y ayudado con la SCIC en todo momento durante todo este tiempo, el doctor Salvador Alonso, la neuropsicóloga Antonia Esteban, la doctora Sonia Andrés, el psicólogo Ángel Fraguas, el psicólogo Juan José Sánchez, la doctora Carolina Dassen, la doctora Pilar Serrano, y un larguísimo etc.
A todo mi equipo actual y a todos los miembros de la SCIC, GRACIAS POR TODO.
Yo veo y siento, veré y sentiré siempre a la SCIC como una gran familia, una maravillosa familia unida que no deja de crecer cada día. Una fantástica familia que me ha apoyado, ayudado, defendido, valorado y acompañado en todo momento, y se perfectamente que así seguirá siendo.
Por todo ello, GRACIAS DE CORAZON A TODOS.
“Nacho Blasco”